Afluencias del éter

fluyen las aves

al hemisferio oriente

de mi cerebro

y sus voces matutinas

fluye mi sangre

entre cúrcumas

cilantro y ajíes

como queriendo desvelar

el planeta que habita en mí

pero ¡ay de nosotros!

si acaso somos vivos

para contar un poema

hasta el fin del mundo

filantropías de la vida

quijotescas y arabescas

señales de Nostradamus

nuestra sangre sabe

al manantial

laúdes y vastos espejos

por los que no vemos nada

fluyo entre raíces líquidas

me sumerjo entre la savia

de un árbol viejo y etéreo

y en su paso fino

despierta en mí

súbitamente

el verso final

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