2024: un año convulso

A pocos días de concluir el 2024, rememoro los padecimientos de las guerras en Medio Oriente, Ucrania y otras zonas del planeta azotadas por la violencia, y en otros casos, por modelos autoritarios de gobierno.

El 2024, será recordado quizás por el elevado índice de noticias falsas, una sociedad casi acostumbrada a la violencia por redes sociales, y la mirada cada vez más escéptica de quiénes abogan por la paz en el mundo.

Uruguay, el país en el que vivimos, ha vivido justas eleccionarias en el que a pesar de las diferencias ideológicas, ha primado la tolerancia recíproca y un ambiente de pluralismo político avanzado. Ojalá el próximo gobierno de Yamandú Orsi sea propulsor de una agenda política, social y económica, que permita una mayor oportunidad al trabajo, la inversión, la innovación y la tecnología. El Parlamento tendrá que negociar necesariamente asuntos puntuales como el presupuesto, y otros.

Aboguemos porque el 2025, al menos cree una conciencia mundial más favorable a los esfuerzos duraderos de paz, evite los extremismos religiosos y de otra naturaleza, y sumerja al planeta en un debate serio sobre los problemas más acuciantes.

De parte mía, dedicaré más tiempo a leer, menor tiempo a la creación musical, y mayores esfuerzos inclinados a favorecer el análisis de las relaciones internacionales y el derecho internacional público.

¡Felices fiestas!. ¡Feliz Navidad!.

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